El candidato de la alianza entre CREO y el PSC plantea incluir al sector privado en la importación de gasolina y utilizar todo el potencial de las hidroeléctricas.
En estricto sentido, no hay un punto en el Plan de Trabajo 2021-2025 de la Alianza CREO-PSC (Lista 21-6) para implementar la movilidad sustentable. Locuciones como transporte, auto, bus, taxi, tren o movilidad eléctrica no aparecen en ningún rincón de la propuesta. Tampoco, el ofrecimiento de subsidiar el pasaje del metro de Quito, expresado al alcalde Jorge Yunda para mantener la tarifa en 0.45 ctvs., consta en el plan consignado al CNE. En general hay un vacío sobre transporte en la propuesta de Lasso, por lo que algunas perspectivas deben derivarse de los ejes ambientales y económicos.
En esta materia, el plan trata el problema de los combustibles. Se señala que Ecuador tiene altas emisiones de CO2 y estas siguen en aumento. En los últimos 18 años, las emisiones per cápita han crecido en casi una tonelada. Esto ocurre por el consumo desenfrenado fomentado por décadas de subsidios a las gasolinas, y la mala calidad del combustible importado por el Estado. Los subsidios a los derivados le costaron al país 21.590 USD millones en los pasados 13 años, mientras que se destinó 41.827 USD millones para la importación de gasolinas y diésel entre 2007 y 2019. Sin embargo, Lasso no cree en la erradicación del uso de los combustibles, sino solo en mejorar la pureza de las naftas que se expenden en el país:
La Necesidad de reducir las emisiones no excluye el uso de combustibles. Por ello, consideramos necesario mejorar la calidad de estos. Así, podemos contribuir a mejorar la calidad del aire que respiramos, ayudamos al medio ambiente y, en consecuencia, frenamos el avance del cambio climático.
Para frenar los subsidios, el candidato considera clave la participación privada, la cual debe hacerse cargo de la importación y venta de combustibles. Otro aspecto, es el de la energía eléctrica. Según se dice, la mala administración llevó a que, si bien las hidroeléctricas aporten el 88% de la producción total en 2019, la mitad de su potencial de generación no se utilice. Ocupar esa capacidad permitiría un “tarifario eléctrico más justo y competitivo”. En 2018, el consumo de electricidad se reparte 37% sector industrial, 19% comercial, y 44% a alumbrado público. Mas, la tendencia es al escalamiento industrial, que alcanzaría un 45% en 2027.
Aquí surgen contradicciones. El país subsidia el consumo residencial. A través de la tarifa de la dignidad, se apoya a hogares pobres, personas con discapacidad y adultos mayores. También se beneficia al uso de cocinas de inducción o calefactores eléctricos de agua. En 2019, estos subsidios sumaron cerca de 102 USD millones, los cuales se financian parcialmente con tarifas más caras para usuarios residenciales cuyo consumo eléctrico sobrepase los 3.500 kW , quienes pagan cerca de 70 ctvs. el kWh. El problema es que hay usuarios que realizan actividades económicas populares, como las tiendas de barrio, los artesanos, etc., lo que los terminan categorizados como de alto ingreso. Por ello, Lasso considera indispensable rebajar las tarifas a estos negocios. Algo similar requiere la competitividad del sector productivo, agrícola y acuícola. Justamente, el ejemplo que se plantea en el plan es la electrificación del sector camaronero; proyecto que busca que 2.312 camaroneras sustituyan el diésel por energía renovable en un plazo de 4 años, con una inversión de 335 millones de USD privada y de créditos internacionales. El objetivo es incrementar la eficiencia con menos contaminación. Para ello es necesario aplicar tarifas de energía eléctrica diferenciadas por un plazo determinado.
En resumen, la privatización de la importación y comercialización de las naftas en manos privadas de la propuesta de CREO-PSC, es interesante desde la óptica fiscal, pero podría relegar el cambio del modelo hacia la electromovilidad. Hace falta contextualizar cuál sería la reducción de emisiones del Ecuador con un mejor combustible, pregunta que ni siquiera se plantea. De modo similar, reducir las tarifas eléctricas es importante para el sector productivo, y podría aplicarse a los transportistas eléctricos, lo que podría representar un espaldarazo para buses y taxis eléctricos.