En el marco del calentamiento global surgen diferentes maneras de medir el impacto del uso de un automóvil. Para los especialistas, la mejor forma de calcular las emisiones de un vehículo es sumar los gases que emite durante su recorrido por el sistema de escape, más el impacto que provoca en el medio ambiente la producción de su combustible. Esta es la famosa ecuación “del pozo a la rueda”.
Lo interesante de esta ecuación es que permite observar cómo un mismo modelo de auto puede presentar diferentes resultados dependiendo del mercado. Esta oscilación se produce debido a las diferencias, entre ellas, de la matriz energética de cada país.
En el segundo capítulo de su serie web educativa sobre autos eléctricos, General Motors Sudamérica presentó algunas cifras relacionadas con la eficiencia de los vehículos eléctricos, comparándolas con las de los vehículos de combustión.
En Brasil, por ejemplo, la gasolina tiene hasta un 27% de etanol en su composición, y hay automóviles que pueden funcionar incluso solo con combustible vegetal. Otro dato es que, en promedio, el 84% de la energía eléctrica en la región proviene de fuentes renovables, como la hidráulica, la solar y la eólica. Todo esto crea diferentes condiciones para cada tecnología de propulsión.
En tal sentido, los vehículos eléctricos se convierten en la opción aún más sostenible. Por sobre los autos híbridos y por sobre los vehículos flex (que funcionan total o parcialmente con etanol). La siguiente tabla muestra el porcentaje promedio de las emisiones de CO2 equivalente por tipo de propulsión en relación con los autos exclusivamente a gasolina:
Propulsión | % de emisión |
---|---|
Gasolina | 100% |
Flex | 79% |
Híbrido Flex | 57% |
Eléctrico | 10% |
El cálculo toma en consideración la eficiencia energética de los automóviles comercializados en Brasil, y los participantes del programa de etiquetado vehicular de Inmetro. Los cálculos se realizaron de acuerdo con una metodología innovadora que está siendo desarrollada por la Asociación Brasileña de Ingeniería Automotriz (AEA), que aplica la intensidad de carbono de la matriz energética nacional.
“Dentro del concepto ‘del pozo a la rueda’, tanto un vehículo Flex como un híbrido aportan importantes beneficios ambientales en relación con uno exclusivamente a gasolina. Un auto eléctrico es, en promedio, aproximadamente 10 veces más eficiente, sobre todo porque es el único que logra conciliar la eficiencia del motor eléctrico con la matriz energética predominantemente limpia. Esto es así porque el EV funciona todo el tiempo en modo cero emisiones, ni siquiera tiene escape”, explica Luiz Gustavo Moraes, gerente de regulaciones de GM Sudamérica.